El Romántico Viajero llegó al final del camino


Antes de cada partido de Universidad de Chile se escuchan los mismos versos, la misma melodía y la emoción se repite tal cual entre los hinchas. Los jugadores van saliendo a la cancha, de los parlantes empieza a brotar el himno “Ser un romántico viajero” y los pelos de los fanáticos se erizan mientras el papel picado y las serpentinas caen sobre la cancha. Todos, niños y grandes, cantan juntos. Y todos le deben este momento de vibración a Julio Cordero Vallejos, autor del célebre emblema, quien murió el jueves, a los 99 años.

Cuenta la historia que la canción que se transformó en bandera azul nació durante un largo viaje en barco en la primera mitad de la década del 30. La delegación universitaria iba a Antofagasta y el historiador de la U Patricio Scaff cuenta que “eran viajes muy largos, de siete días y no había más entretención que jugar naipes, dados o dominó. Y don Julio era músico y compuso el himno, que recién se usó como tal en 1939, para el primer clásico universitario”.

Un testimonio del mismo autor recordaba que “encontramos un camarote con un piano. Alguien dijo que era una pena que llegáramos al norte sin un himno. Ahí comenzó a salirme la melodía. La letra fue obra de todos, quienes iban incorporando frases, aunque yo me atribuyo la primera, esa de ser un romántico viajero ”. Y así bautizó a una hinchada que vuelve a cantar su verso cada fin de semana.
" Don Julio, fue un profesional brillante, un hombre sensitivo, un patriarca. Tuve el privilegio de conocerlo. Autor de esa pieza sublime que es el himno del club deportivo de la Universidad de Chile. Hoy, en esta mañana gris, don Julio nos contempla desde más allá del horizonte do remonta la verdad "

Jotaaa

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